viernes, 26 de julio de 2013

Potosí y Sucre

¿Recordáis Blade Runner? Yo no he visto atacar naves en llamas más allá de Orión pero estos días he visto praderas de algas petrificadas, una isla poblada de cactos milenarios en medio de un mar de sal, el vuelo de los cóndores, huellas de dinosaurios, un chorro de agua fría brotar de la tierra plana y a una cholita bajándose las bragas en pleno desierto; yo no he visto rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhäuser, pero he visto nieve en el trópico, rebaños de llamas pastando en laderas verdes, volcanes fumadores, niños momificados, locomotoras de vapor en un erial, un quiosco de coca y dinamita, piedras que parecen arbustos y arbustos que parecen piedras, las entrañas metálicas del Cerro Rico de Potosí...
He visto muchas maravillas en pocos días y me he puesto a pensar que las impresiones que me han causado han sido únicas e irrepetibles y que, aunque vuelva al mismo lugar, las cosas serán distintas, no veré las mismas nubes, los mismos rebaños y yo mismo seré diferente. Por eso he recordado los versos de mi paisano:


                                       Volverán las tupidas madreselvas
                                       de tu jardín las tapias a escalar,
                                       y otra vez a la tarde, aun mas hermosas,
                                       sus flores abrirán;   
                                       pero aquellas cuajadas de rocío,
                                      cuyas gotas mirábamos temblar
                                       y caer, como lágrimas del día...
                                       esas... ¡no volverán!


Como veis hoy me ha dado la vena lírica pero lo que quiero decir es que escribo este blog para retener en mi memoria las impresiones de estos días. Ahora voy a hablar de dos ciudades, Sucre y Potosí. La primera me gustó y la segunda me fascinó. Es por eso que empiezo por esta y termino con la otra. 


Potosí

Esta ciudad es surrealista en el sentido vulgar del término: emplazada a 4000 metros de altura, en una fuerte pendiente, en un lugar que no parece apropiado ni para una aldea de pastores, derrocha lujo decadente de su pasado colonial y lujo actual en forma de cochazos de nuevos ricos surgidos a la sombra de la mina.
 
Calle de Potosí con el Cerro Rico al fondo

Interesantísimo cuadro anónimo del s. XVII en el que el Cerro Rico
aparece personificado como la Virgen María, pero también como la
deidad indígena de la tierra, la Pachamama. Con imágenes como
esta se intentaba que los indígenas aceptaran el culto católico
al identificar a sus dioses con los personajes de la mitología cristiana.


Aunque todos los españoles lo sabéis, como también me leen amigos extranjeros, voy a explicar que en castellano hay una expresión que usamos cuando algo tiene mucho valor: "valer un Potosí". Es una expresión que, aunque ha caído en desuso, todos conocemos y que hace referencia a la grandísima riqueza minera, y de plata en especial, de esta ciudad.La ciudad se asienta al pie del Cerro Rico, una montaña que encerraba un fabuloso yacimiento que ha sido explotado intensivamente durante cuatro siglos, pese a lo que aún no se ha agotado.
Los españoles empezaron a explotarla a partir de 1545, para lo que fundaron la ciudad de Potosí y esclavizaron a la población indígena de la región. No satisfechos trajeron esclavos negros africanos como mano de obra en condiciones infrahumanas.
La ciudad llegó a ser la más importante del imperio español, y una de las más grandes del mundo a principios del siglo XVII. A ella llegaron una gran cantidad de españoles y extranjeros que vivían con gran lujo. Construyeron gran cantidad de iglesias, prostíbulos, teatros, casas de juego y todo lo que  la civilización implica. Abajo podéis ver fotos de algunos de sus preciosos edificios coloniales, muchos con el encanto que les añade su decadencia. 

                                                        



                                       

     


Las minas de Potosí
 Pero no se puede decir que se ha visto Potosí si no se ha entrado en sus minas. Los que me conocéis bien sabéis que no soy amigo de los espacios cerrados. Aún así hice de tripas corazón y recorrí 2 km de túneles que atraviesan el cerro de parte a parte. Intentaré contároslo con el apoyo de algunas fotos que pude hacer:





Imagináos un quiosco como este en Valencia
Esto es el mercado minero. Aquí se puede comprar todo lo necesario para trabajar en los túneles: hoja de coca, alcohol potable de 96º y  ¡cartuchos de dinamita! No es broma, cualquiera puede comprarlos por algo más de 2 euros. En la foto podéis ver a la izquierda las botellas de alcohol, en el centro las hojas de coca y a la derecha la dinamita. Todo lo necesario para una buena fiesta.




                                                                       
                                                                   




 Aquí me tenéis flipando
con un cartucho de dinamita
que costaba unos 2 leuros.








Para entrar en la mina hace falta en teoría este equipo de seguridad (es decir, un casco con linterna) y es costumbre llevar algún regalito para los mineros, como hojas de coca (en la bolsa verde) y  refrescos. Los mineros no comen en la mina porque la comida puede contaminarse con el polvo tóxico que flota en el aire. Pasan su jornada laboral mascando hoja de coca para evitar el hambre, la sed y el cansancio.












La mina no es explotada por una gran corporación sino por sociedades cooperativas formadas por entre 20 mineros las más pequeñas y 4000 la más grande. Cada día llevan a esta planta de procesado toneladas de materiales en bruto.









Allí obtienen este complejo que contiene plata, zinc, estaño y plomo. Como no tienen la tecnología necesaria, lo envían a Europa a bajo precio y allí es nuevamente procesado y vendido a un precio muchísimo más alto: es la Historia de Latinoamérica.









¡Pues nada, vamos pa´dentro!













La verdad es que me engañaron un poco. Me dijeron que excepto 100 metros todo el recorrido se hacía erguido. La realidad es que había galerías muy estrechas, bastante más que las de la foto, en las que había que andar en cuclillas y dándose cabezazos todo el tiempo con el techo. Pero bueno, está bien que me mintieran porque de otro modo no hubiera entrado.



Hay diferentes categorías de mineros: el primer año se trabaja por un sueldo fijo de unos 4000 bolivianos (500 euros) bajo las órdenes de un minero cooperativista. El sueldo mínimo en Bolivia es de 1200 bolivianos. El segundo año se trabaja a porcentaje y se asume la responsabilidad de comprar dinamita y otros materiales (en el mercado minero). El tercer año se trabaja a un porcentaje mayor y se asumen mayores responsabilidades. El minero que completa este proceso está en condiciones de ser aceptado como socio por la cooperativa, que le asignará un sector en un túnel. Si tiene suerte y encuentra una veta podrá comprar railes, vagonetas, herramientas, contratar peones y llegar a hacerse rico. Si tiene mala suerte y no encuentra nada puede arruinarse.
Las condiciones de trabajo son espeluznantes: en el aire flota un polvo tóxico que acorta la vida de los trabajadores, en muchas zonas no pueden aplicar los martillos neumáticos y tienen que trabajar a pico y pala. Las carretillas transportan varias toneladas de materiales y son movidas mediante empuje (como podéis ver en una de las fotos superiores).
Atraídos por la posibilidad de ganar mucho más dinero de lo que se podría ganar en otro trabajo, encontramos niños como el de la foto de arriba, con el casco rojo y la sudadera azul, con solo 13 años. Él mismo me dijo que llevaba allí un año y medio. También me comentaron que había uno de 9 años, pero eso no lo vi con mis propios ojos.




Muchos mineros son supersticiosos y mantienen creencias de origen prehispánico. Por ejemplo, dedican altares como este a la divinidad de las profundidades, el Tío, para que los proteja. Aunque su origen es una deidad andina el proceso de sincretismo religioso ha llevado a que se le represente como al demonio cristiano. Si ampliáis la foto podréis comprobar que los mineros le ofrendan tabaco, coca y alcohol (fijaos también en lo que sostiene con su mano derecha). Como es el esposo de la Pachamama, la diosa-tierra, los mineros no suelen ver bien la presencia de mujeres en la mina, pues la Pachamama puede ponerse celosa y castigarlos. A veces, cuando acaban de trabajar, se van a este espacio a beber alcohol (rebajado o no con agua) y a fumarse un cigarrito con el Tío.





Aquí podéis ver preciosas estalactitas de sulfato de cobre.











Al cabo de un rato llegué a sentirme cómodo, al menos en los túneles en los que podía caminar erguido.







Sucre

Como ya me he explayado con Potosí, solo diré un par de cosas sobre Sucre y colgaré unas fotitos:


¿No podría estar esta calle en un pueblo de Andalucía?







Sucre es la capital de Bolivia, al menos de forma honorífica. Recuerdo que en la escuela, cuando tenía que repetir de memoria las capitales de los países del mundo decíamos: "Bolivia, capital La Paz". En realidad Sucre no es la sede de ninguno de los poderes del Estado Plurinacinal de Bolivia, que están en la Paz. Por tanto, no íbamos tan desencaminados en el colegio.
Aparte de eso Sucre es una preciosa ciudad blanca con aspecto andaluz: sus edificios blancos, sus palmeras, naranjos, cipreses y flores y hasta su clima me recordaban mucho a Sevilla, salvando las diferencias.







Este es el día del comienzo de clases después de las vacaciones de invierno










Tuve la ocasión de asistir a un concierto de  Wiktoria Szubelak, grandísima guitarrista y bellísima mujer, en el histórico teatro Mariscal, donde se redactó la Constitución de 2009. Os paso un enlace:

 http://www.youtube.com/watch?v=dyPip_-qJRs






Tambíen tuve tiempo para salir una noche de marcha, aunque como veis era un garito solo para guiris, con la entrada custodiada por una especie de Rambo armado hasta los dientes.





 





Esto que veis aquí son los ensayos para la procesión de la Virgen de Guadalupe. El baile y la música eran un auténtico cachondeo. ¿Os imagináis una procesión así en España o en Polonia? Si fueran así yo mismo me haría un capillita.







Otra vez me he pasado con la extensión. Si alguien ha leido hasta aquí me despido de momento hasta la próxima etapa de mi viaje, que ha sido Uyuni y le prometo que la próxima vez intentaré ser más conciso. Espero vuestros comentarios.